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Fondo de Resguardo Profesional - Articulos de Interés

Análisis siniestral del F.R.P.
Responsabilidad Profesional y Traumatología

Varios son los motivos para que los traumatólogos nos disputemos con los cirujanos el nada deseable segundo puesto en frecuencia de demandas entre las especialidades más requeridas en los juicios por responsabilidad médica.
Entre los factores que intervienen para que la tasa de demandas sea tan elevada, podemos citar:

1- Que el 25% de todas las consultas médicas son traumatológicas.
2- El 10% de todas las camas hospitalarias están ocupadas por víctimas de traumatismos.
3- Que al menos dos tercios de todas las lesiones importantes que afectan al ser humano implican al sistema musculoequelético.
4- Los traumatismos son la primera causa de muerte en personas jóvenes.

Por lo expuesto, podemos comprender algunas de las razones, por lo que la ortopedia y la traumatología figura como una de las especialidades más expuestas. Pero también ciertas características o ¨señas¨ particulares de la especialidad, influyen en contra.

Algunas de esas características las podemos resumir en que:

1- Los errores médicos se traducen en deformaciones o pérdidas de funcionalidad, por lo tanto las secuelas se ven, se sienten y disminuyen la actividad del sujeto.
2- Tales errores pueden conducir al paciente a sufrir deformaciones o mutilación, aunque con conservación de la vida. (el defecto se sigue viendo).
3- El trauma es sorpresivo, con todas las connotaciones que ello supone; el paciente se ve de pronto disminuido, inmovilizado, con pérdida de sus ingresos, por lo tanto espera una solución rápida y total. Que muchas veces es imposible, aún realizando los procedimientos correctos y avalados por la bibliografía especializada.
4- En ciertas lesiones (politraumatismo), el cuadro suele ser grave,
5- Por ser la Ortopedia y Traumatología una especialidad predominantemente quirúrgica, participa de todos los riesgos inherentes a la cirugía.
6- El fracaso de una técnica quirúrgica es frecuentemente espectacular, ello se ve agravado por el hecho de que el mismo paciente y todo su entorno perciben el ¨resultado¨ del acto quirúrgico.
7- Es una cirugía ¨funcional¨, por lo que de alguna manera se ¨aproxima¨ a la cirugía estética, por lo tanto en este campo el enfermo es más exigente.
8- El profesional se ve obligado a utilizar determinados materiales quirúrgicos de los que suelen depender los resultados. Muchas veces esos materiales aportados por obras sociales, prepagos, y el propio sistema público, no son los solicitados ni los adecuados.
Paralelamente, el profesional se encuentra inmerso en una tecnología en constante evolución, que lo obliga en algunas oportunidades a recurrir a materiales nuevos, con los riesgos consiguientes.

En los últimos congresos argentinos de la especialidad hemos escuchado prestigiosos especialistas americanos, decir que prácticamente en USA no hay traumatólogo que no tenga varias demandas y que por ejemplo, en los reemplazos totales de cadera la diferencia de longitud de miembros es el origen de numerosas fortunas de abogados, al punto que muchos de ellos, anuncian en los diarios que se especializan en diferencia de longitud de miembros en el postoperatorio del reemplazo total de cadera.
De acuerdo a datos estadísticos de nuestro Fondo de Resguardo Profesional, el 27% de las demandas corresponden a patologías ortopédicas, mientras que el 73% son por patologías traumatológicas.

Eso nos hace suponer, que evidentemente todavía no llegó a nuestro medio el pico de reclamos judiciales, ya que, los resultados obtenidos de las prácticas ortopédicas en nuestro país, no se diferencian mucho de los publicados en estadísticas internacionales, por lo tanto el ¨grado de insatisfacción¨, por dichos resultados debería ser muy similar.

Entre las causas que originaron demandas, en nuestro fondo de resguardo profesional correspondieron:

El 28% a FALTA DE DIAGNÓSTICO,
El 18% a CONSOLIDACIÓN VICIOSA,
El 15% a MALA EVOLUCIÓN en el tratamiento realizado,
El 11% a INFECCIÓN POSTOPERATORIA,
El 6% a SINDROME COMPARTIMENTAL,
El 6% a LESIONES NERVIOSAS, en procedimientos quirúrgicos, frecuentemente radial, y ciático en reemplazo de cadera.
El 5% a PSEUDOARTROSIS
El 3% a ÓBITO INTRAOPERATORIO.
El 8% DISTRIBUIDO EN OTRAS PATOLOGÍAS.

Basándonos en la experiencia siniestral de nuestro Fondo de Resguardo Profesional, consideramos importante analizar algunas de estas causas a fin de identificar los motivos recurrentes de reclamo judicial, tratando de generar recomendaciones y estrategias dirigidas no solo a disminuir la siniestralidad sino para mejorar la calidad de la atención médica. Buscando un doble propósito, el de disminuir los eventos adversos y el de intentar evitar que el médico se enfrente a un duro proceso judicial.

1.- Del total de las demandas llamativamente y lamentablemente el 28% correspondió a FALTA DE DIAGNOSTICO. (cuadro 3).
De las cuales el 52% fue por el NO DIAGNÓSTICO DE FRACTURAS, desde no diagnosticar una fractura de metacarpiano, metatarsiano, peroné, platillo tibial , por no repetir las radiografías ante imágenes dudosas, con sintomatología dolorosa, hasta el caso en que un paciente de 52 años que se cae de un árbol que estaba podando en la puerta de su casa, es llevado por los familiares a un hospital y atendido por la guardia le diagnostican una fractura de olécranon que inmovilizan correctamente con una valva de yeso, le indican analgésicos y lo citan para programar la cirugía por servicio de planta.
A las pocas horas, en su domicilio comienza a descompensarse y fallece. Se realiza la autopsia y la causa del óbito fue shock hipovolémico como consecuencia de un voluminoso hematoma intrapélvico por una grave fractura de pelvis, que no fue diagnosticada en la guardia.

Por lo tanto, con el objetivo de realizar prevención, la recomendación es no rotular a los pacientes, "porque no tiene edema o hematoma, es un esguince, y no profundizo el diagnóstico; si vino caminando NO PUEDE TENER UNA FRACTURA DE CADERA O DE PELVIS".
Se deben agotar los métodos de diagnóstico ante dolores que no se corresponden con radiografías sin lesiones aparentes, en ese caso realizar nuevas radiografías y de ser necesario TAC o RMN.
Consignar todos los hallazgos y sospechas en la historia clínica.

2-El 18% de las demandas fue por consolidación viciosa de la fractura y llamativamente el 82% de las mismas habían sido tratadas mediante métodos incruentos, y solo el 18% de las mismas había sido tratada por métodos quirúrgicos, la mayoría de los fracasos fue en fracturas de muñeca y pierna.
En la mayoría de las demandas que tuvimos que contestar, había una falta de control adecuado en los pacientes tratados con yesos. No se les había informado, o por lo menos NO HABÍA QUEDADO CONSTANCIA DE DICHO INFORME, de la posibilidad de mala evolución en la fractura. Y siempre acompañado de una POBRE O CASI INEXISTENTE HISTORIA CLÍNICA, que dificulta enormemente las posibilidades de defensa.

3-El 15% de las demandas fue por mala evolución en los tratamientos, siendo el 67% por patologías ortopédicas y el 33% por patologías traumatológicas.
Las patologías involucradas fueron hernia de disco, con reintervenciones por fibrosis de la raíz, síndrome de fricción acromial tratados por cirugía artroscópica, condritis y artrosis de rodilla también tratadas por artroscopias, cirugía de hallux valgus, de ligamento cruzado anterior de la rodilla, osteotomías de rodilla por artrosis, aflojamiento protésico precoz en reemplazo total de cadera (cuadro 4).
En la generación de estas demandas SIEMPRE se acompañó de una MALA INFORMACIÓN DEL PROCEDIMIENTO A REALIZAR, con falta o deficiencia en el CONSENTIMIENTO INFORMADO. Ofreciendo excesiva expectativa en el procedimiento a desarrollar, y por último la indicación de procedimientos NO ADECUADOS.
4-Si bien solamente el 6% correspondió a síndrome compartimental no diagnosticado, en la actualidad la defensa para la falta de diagnóstico de un síndrome compartimental es prácticamente imposible, porque generalmente obedece a errores médicos, repitiéndose la mayoría de ellos, por ejemplo en que el paciente tenía pulso y sensibilidad, cuando ambos signos no tienen prácticamente ninguna trascendencia en el diagnóstico, y en toda la bibliografía esta perfectamente especificado cuales son lo signos que se deben buscar ante la sospecha de un síndrome compartimental, (recordar el dolor irradiado a la movilización pasiva de los dedos y la hipoestesia en el dorso del primer espacio interóseo).
Lamentablemente, en las demandas que tuvimos como consecuencias de NO DIAGNOSTICAR UN SINDROME COMPARTIMENTAL, el 75% de ellas fue por la AMPUTACIÓN DEL MIEMBRO, y en el 25% el ÓBITO (cuadro 5).
5-El 11% de las demandas correspondió a cirugías artroscópicas, siendo el 19% por artroscopias de hombro y el 81% por cirugías de rodilla, y la gran mayoría de ellas obedeció a mala evolución, pero coincidentemente esa mala evolución era esperable (Condritis, artrosis, síndrome de fricción acromial), por lo tanto la falla radica principalmente por exceso de expectativas creadas en los resultados, o la mala información previa a la cirugía, y si dicha información fue dada, la misma no fue objetivada en el consentimiento terapéutico, que muchas veces ni existía o era un consentimiento no específico para tal procedimiento.
Por último se minimizó excesivamente al procedimiento quirúrgico.

Como conclusión y a los efectos de tomar las medidas PREVENTIVAS, para evitar la desagradable experiencia de atravesar un juicio por responsabilidad profesional.

Sugerimos:
1- AGOTAR LOS MEDIOS DE DIAGNÓSTICO DISPONIBLE. (es verdad que muchas veces nos vemos presionados por obras sociales, medicinas prepagas, clínicas y sanatorios a reducir al máximo los gastos, pero la realidad es que la responsabilidad en definitiva recae sobre nosotros).
2- REALIZAR UN ADECUADO CONSENTIMIENTO INFORMADO, en lo posible no un consentimiento genérico, sino uno relacionado con la patología que estamos tratando.
3- HISTORIA CLÍNICA COMPLETA, por suerte la prueba para nuestra defensa en gran parte depende de la historia clínica, por lo tanto es inconcebible que por razones de tiempo o de comodidad no confeccionemos una historia clínica adecuada.
4- DAR INFORMACIÓN ADECUADA DE LOS BENEFICIOS Y COMPLICACIONES DE DETERMINADA TÉCNICA QUIRÚRGICA, es preferible perder unos minutos de mas, previo al tratamiento a realizar y no VARIOS AÑOS, en un juicio de responsabilidad profesional.
5- Por último y fundamental MANTENER UNA ACTUALIZACIÓN MÉDICA PERMANENTE.

Dr. Luis Tammaro
Asesor en traumatología y ortopedia (FRP)

 

 


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